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Europa de los derechos

El concepto de Estado de Derecho, pilar fundamental de las democracias liberales, es también la piedra angular de la arquitectura jurídica de la Unión Europea, tal como se establece en el Tratado de Maastricht (TUE, 1992) y en el Tratado de Lisboa (TFUE, 2007), así como en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE (Niza, 2000).

Estado de Derecho y derechos fundamentales.

  1. ¿De qué estamos hablando?

El concepto de Estado de Derecho, pilar fundamental de las democracias liberales, es también la piedra angular de la arquitectura jurídica de la Unión Europea, tal como se establece en el Tratado de Maastricht (TUE, 1992) y en el Tratado de Lisboa (TFUE, 2007), así como en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE (Niza, 2000).

El artículo 2 del TUE establece que :

la Unión se basa en valores el respeto de la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y el imperio de la ley.Estado de Derechoasí como respeto de los derechos humanosincluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres.“.

  1. Un concepto amenazado.

La idea del Estado de Derecho, que se supone protege las libertades fundamentales de los ciudadanos europeos, está siendo cuestionada y es objeto de tres grandes críticas.

  • Se dice que el Estado de Derecho está al servicio del neoliberalismo, que se considera una desviación del liberalismo original y una justificación del capitalismo desenfrenado.
  • Se dice que el Estado de Derecho, por proteger derechos individuales cada vez más amplios, es responsable del desarrollo de una sociedad formada por individuos narcisistas, que dan prioridad a sus deseos personales por encima de la necesidad de convivir solidariamente.
  • El Estado de Derecho, al fomentar la 'gobierno de los juecesmarcaría el fin de la política. Esta última crítica se dirige principalmente a la UE, culpable de utilizar el Estado de Derecho para diluir, cuando no destruir, la legitimidad de las decisiones nacionales.

Estas tres grandes categorías de críticas son formuladas por diversos grupos con intereses a veces divergentes, pero que coinciden en intentar socavar el funcionamiento de las instituciones europeas o nacionales sobre la base de los valores expuestos.

Esta coalición de enemigos del Estado de Derecho incluye :

  • Críticos del liberalismo político. Pertenecen a la tradición más antigua, pues empezaron a expresarse ya en la Revolución Francesa. Entre sus filas figuran fundamentalistas religiosos que ven con recelo los derechos humanos que han contribuido a la secularización de las sociedades occidentales. A menudo contraponen implícitamente los derechos de Dios a los derechos del hombre.
  • Los marxistas ortodoxos, para quienes los derechos humanos son una invención burguesa para enmascarar las luchas de poder económico que son los verdaderos problemas sociales.
  • Populistas y soberanistas. Los primeros promueven lo que impropiamente se llama el democracia antiliberal. Este término engañoso se utiliza para disfrazar el deseo de acabar con uno de los elementos centrales de la democracia, la separación de poderes. El primer objetivo es la independencia del poder judicial. El segundo objetivo es la injerencia -ilegítima a sus ojos- de instituciones supranacionales no elegidas en las decisiones de los Estados miembros de la UE. Populistas y soberanistas coinciden en que el TJUE o el TEDH burlan a los parlamentos nacionales cuando critican o reforman decisiones nacionales basándose en instrumentos jurídicos ratificados por esos Estados.

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